The Offspring regresó a Colombia, con un recital en el Movistar Arena de Bogotá. Los comandados por Dexter Holland y Noodles se presentaron en la noche del sábado con la propuesta de celebrar los numerosos hits de su carrera, en el marco del tour “Supercharged Worldwide in ‘25”, reafirmando el vínculo de privilegio con sus fans locales.
Minutos pasadas las 8, las pantallas comenzaron a mostrar imágenes referidas a la banda, emulando video juegos retro donde los protagonistas eran los músicos, y diversas trivias que pusieron a prueba el conocimiento de sus seguidores sobre la historia del conjunto. La poderosa “Thunderstruck”, de AC/DC, sonó a todo volumen como preámbulo, cuenta regresiva en las pantallas mediante, del inicio del recital.
Los californianos irrumpieron en escena con la potente “All I Want”, seguida de uno de sus primeros grandes éxitos: “Come Out and Play”, en la que Dexter Holland se mostró asombrado por el coro unánime de la audiencia, siguiendo el riff arabesco de su guitarra. “Want You Bad” y “Staring at the Sun” continuaron con la celebración efusiva del público, como también lo haría la dupla de “Hit That” y, especialmente, “Original Prankster”, uno de los más festejados de la noche. “Supercharged”, el último disco de la banda, editado en octubre pasado, tuvo representación con dos canciones: “Looking Out for #1” y “Make It All Right”.
Promediando el show, Noodles quedó en soledad en el escenario, para despacharse con una seguidilla de riffs históricos del rock y heavy metal. Incluso sonó la melodía de “Seven Nation Army”, de White Stripes, a cargo del bajista Todd Morse, reemplazante del histórico Greg K desde 2019. Para rematar la seguidilla de covers, la banda tocó “Blitzkrieg Bop”, de Ramones, el himno punk por excelencia, cantado por todo el estadio, como no podía ser de otra manera. Mención especial en este segmento intermedio para el baterista Brandon Pertzborn, el miembro más reciente de la banda, quien se lució en un breve pero contundente solo.
El tono festivo que acompañó al concierto desde su inicio tuvo sus picos máximos con “Why Don’t You Get a Job?”, con lluvia de papel picado y pelotas inflables incluidas, “(Can’t Get My) Head Around You” y sobre todo con el tándem conformado por “Pretty Fly (for a White Guy)” y “The Kids Aren’t Alright”, auténticos himnos generacionales. Es que, para quienes ya contamos con algunas décadas de pasión por la música, ver a The Offspring en vivo supone un inevitable viaje retrospectivo hacia una adolescencia de fines de los 90 y principios del 2000, que los encontraba como unos de los reyes del mainstream, a fuerza de hits pegadizos y memorables videoclips repletos de giños humorísticos que capturaron la esencia de una época.
Para el final, la banda reservó como bises a “You’re Gonna Go Far, Kid” y el gran clásico “Self Steem”, como cierre ideal para un recital que mostró a The Offspring con la energía intacta, un constante ida y vuelta con la audiencia y la confirmación de su vigencia y la de sus temas insignia. Pocas bandas pueden gozar de una juventud eterna, y a juzgar por lo visto el domingo, The Offspring es una de ellas.
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