"Estamos emocionados por volver," dice Jae, quien no deja de asombrarse por la energía del público latinoamericano. "Siempre es impactante ver cómo cantan nuestras letras y se dejan llevar por la música." Y es que la habilidad de Boy Harsher para crear canciones bailables, sumergiendo al público en un éxtasis de danza, los ha consolidado como amos de su género. Sus influencias de electropop fusionadas con el darkwave post-industrial convierten cada presentación en un verdadero elixir de sonidos y emociones, llevados al máximo en vivo.
Esta gira no solo será una celebración de su música, sino también un preludio antes de que el dúo se concentre en terminar su próximo álbum, el quinto de su carrera. "Es un proyecto ambicioso," comentan, "porque queremos capturar en un solo material todas nuestras experiencias de una década en los escenarios."
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